Retrasa la eyaculación con estos consejos





Respiras, piensas en otra cosa, pero no aguantas más, y ¡eyaculas! Mejor toma el mando: eyacular está bajo tu control. Descubre cómo.

La eyaculación pareciera el único fin del acto sexual. Para muchos hombres tener un "round" sin ese exitoso final nulifica el encuentro. No se diga cuando este "se adelanta" y tú ya llegaste al Nirvana cuando ella apenas calentaba motores. Su cara lo dice todo: "¿Ya acabaste?". Casi la mitad de los hombres sobre la tierra tienen problemas para controlar su impulso eyaculatorio. No eres el único, ¿por qué habría de preocuparte? Pero la sensación posterior de fracaso no te deja durante días. No lo comprendes. Realmente deseabas un largo revolcón sexual. Quizás antes no sucedía pero ahora, cada vez que terminas, recobrar una buena erección parece tarea de titanes. Se acabó el show. ¿Y si te vuelve a pasar? Acá las respuestas...

MAPA DEL EYACULADOR

Eyacular representa una serie de tareas para tu cuerpo. Tu pene no es un ente autónomo que se porta según su ánimo. No es una máquina de proveer orgasmos. Porque, de hecho, orgasmar y eyacular son dos procesos distintos fisiológicamente. Aunque te has acostumbrado a vivirlos de manera simultánea. Por lo mismo, cuando tu eyaculación llega pronto, apenas puedes percibir la sensación del clímax. No se diga de los juegos, las caricias y de ciertas prácticas como el sexo oral, que sabes que podrían apurar más tu momento de expulsión. Casi todos se preguntan cuántos minutos deberían estar en el "mete-saca" para no considerarse eyaculadores precoces. Nadie quiere tener ese apodo. Pero no todo es tiempo. Vamos por partes.

¿SERÉ YO?

Más allá de los dos o tres minutos que antaño algunos autores marcaban como el límite a rebasar para no entrar en el grupo de la eyaculación precoz (EP), recientes investigaciones, como las del doctor John Dean, médico sexólogo y presidente de la Sociedad Internacional de Medicina Sexual, indican que la combinación de tiempo y control representan el verdadero diagnóstico. Es decir, tú puedes durar seis, ocho o más minutos, pero... ¿vives cada uno de esos segundos con angustia o tienes que acudir a todo tipo de pensamientos que te enfríen? Cuando luchas, al grado de no poder disfrutar de la contienda porque sientes que ahí viene y no quieres, también estamos hablando de EP. Por el contrario, otros estudios del doctor Marcel Waldinger, de la Universidad de Ultretch, en Holanda, sugieren que cuando el proceso es completamente satisfactorio para ambos y si no hay que lidiar con ninguna angustia porque los dos se sienten en control, aunque la duración del acto sea de pocos minutos, dicho tiempo es suficiente y eficiente en términos físicos y emocionales para ambos y, por lo mismo, no puede considerarse comoeyaculación precoz o catalogarse como una disfunción sexual. Este término es incómodo. Por ello no le des tanta importancia, pues significa simplemente que algo no funciona como deseas dentro de tus dinámicas sexuales. No es una enfermedad, es una condición y, claro, tiene soluciones. Incluso más simples de las que imaginas.

LA CAUSA

¿Por qué sucede? Hay dos razones de mayor aceptación médica. La primera y más común se debe a una herencia de tus viejos (o aún presentes) hábitos masturbatorios. No te estamos diciendo que quites la mano de ahí: autoerotizarse es necesario e importantísimo. Solo que debes marcar la diferencia entre masturbarte y autoerotizarte. Vamos por partes: fuiste adolescente (como todos), y descubriste la extraordinaria sensación de estimular tus genitales. Pero, claro, la sociedad te enseñó que era algo pecaminoso o sucio y había que hacerlo con prisa, con una sensación de culpa y con un dejo posterior de "aquí no pasó nada". Seguro no tenías muchos espacios privados en casa, así que eso instaba a que fuera un acto exprés. Tu técnica se basó tirar del pene a toda velocidad y eyacular del mismo modo. Te acostumbraste a hacerlo en un dos por tres sin siquiera reconocer las sensaciones. Y esto actuó en tu detrimento: tu cerebro no identifica si estás solo o con una mujer y se entrenó para tener una respuesta eyaculatoria pronta. Es un reflejo y tú lo condicionaste así.

NO TE MASTURBES, AUTOEROTÍZATE

Comienza por acariciar tu miembro, una vez erecto, desde la base del tronco, sube poco a poco acariciando, pasando los dedos suavemente y aumentando la presión, pero no jales de él. Deja hasta el final el glande, una vez que notes lo mucho que puedes sentir en el tronco, pasa igualmente los dedos como una caricia alrededor de la corona del glande, sube hasta dar ligeras presiones. Luego, pasa la mano completa, sin presionar ni tirar por todo el cuerpo del pene. Ejerce más presión y tira suavemente. Para entonces, tu pene se encuentra tan sensibilizado que no necesitará darle de tirones. Usa un lubricante con base en agua.

PLAN DE CONTROL

Masturbación Vs. Autoerotización

La primera consiste en manipular los genitales; la segunda, en estimularse en distintas zonas en todo el cuerpo, en dedicarse tiempo. Cuando te autoerotices, educa tu impulsoeyaculatorio: si sientes que estás cerca, detente, respira, enfócate en otros estímulos, sostén los músculos pélvicos (aprieta tus nalgas y eleva la cadera) y continúa. Hazlo un par de veces hasta que te permitas llegar al orgasmo-eyaculación. Tú mismo irás sintiendo cómo cada vez tienes un mejor tiempo. Asimismo, al orinar, de vez en cuando, deja salir un poco, aprieta para detener la salida de la misma, sostén un par de segundos y continúa. Luego, repite. Hazlo un par de veces al menos cada tercer día. Poco a poco irás controlando más y lo notarás.

FUENTE: Men's Health




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