Los efectos de las drogas en el cuerpo





"Yo controlo" es la respuesta que te dirá cualquier persona que consuma drogas, desde un fumador "ocasional" de marihuana, hasta un consumidor de drogas más potentes. Te dirán que no son dependientes a pesar de que las drogas cambian el ritmo de los miles de procesos químicos que ocurren en nuestro cuerpo, intentando adaptarse a lo que introduces en él.

Te dirán que necesitas de drogas para pasártelo bien en cualquier fiesta gay, macrofiesta gay o discoteca, estando disponibles para quienes las quieran, inclusive aquellas ilícitas, bajo la vista gorda de los organizadores o dueños del lugar. ¿Sabías que hay hombres que ya son tan dependientes de ellas sólo tienen sexo si hay drogas de por medio?

Lo que nunca te dicen son los efectos que tienen las drogas en tu cuerpo...

  • Marihuana (cigarro o porro)

En el corto plazo, esta droga contribuye a la pérdida de coordinación y distorsiones en el sentido del tiempo, visión y oído, pérdida de sueño, ojos enrojecidos, apetito incrementado, músculos relajados y taquicardias. El rendimiento escolar se reduce porque la droga afecta la memoria y la capacidad para resolver problemas.


En el largo plazo puede causar síntomas psicóticos. También puede dañar los pulmones y el corazón, empeorar los síntomas de bronquitis y causar tos. Puede reducir la capacdad para defenderse de las infecciones y enfermedades pulmonares.

hombre que sufre de remordimiento luego de consumir drogas

  • Alcohol

Si. El alcohol es una droga. Entre sus efectos en el corto plazo está el sentimiento de ardor, piel enrojecida, juicio debilitado, falta de coordinación, balbuceo de palabras, pérdida de comprensión y de memoria. Beber demasiado usualmente resulta en una "resaca", dolor de cabeza, náusea, ansiedad, flaqueza, andar vacilante y en ocasiones el vómito.

En el largo plazo, cuando existe un prologado hábito, lleva al deterioro físico que puede incluir que el hígado se comprometa y aumente el riesgo de enfermedades cardíacas. Cuando ya hay dependencia, durante la abstinencia crea nerviosismo, falta de sueño, pérdida del apetito. El abuso del alcohol también puede causar violencia y conflictos en las relaciones personales.

  • Extasis (pastillas, tableta o cápsula)

En el corto plazo disminuye el nivel de alerta, sentido falso de afecto, confusión, depresión, problemas para dormir, ansiedad severa, paranoia, escalofríos o sudores, deseo irresistible por la droga, tensión muscular, castañeo involuntario de los dientes, náuseas, visión borrosa y desmayos.

En el largo plazo, el consumo prolongado causa daños permanentes en el cerebro, afectando la cordura y la capacidad para pensar.

  • ocaína y Crack (inhalada o inyectada)

En el corto plazo la cocaína causa un intenso subidón que es seguido por un opuesto e intenso sentimiento depresivo y estado de nerviosismo con un deseo de consumir más droga. Conlleva a un aumento del ritmo cardíaco, espasmos y convulsiones musculares. La droga puede hacer que la gente sienta paranoia, irritación, hostilidad y ansiedad, incluso cuando no están bajo su influencia.

En el largo plazo puede causar irritabilidad, cambios de humor, falta de descanso, paranoia y alucinaciones auditivas. El bajón después de la euforia causa depresión severa, la cual puede conducir al asesinato o al suicidio.

  • Metanfetaminas (inhalada, inyectada o fumada)

Entre los efectos negativos en el corto plazo se incluyen trastornos en el hábito de dormir, hiperactividad, náusea, delirios de poder, aumento en la agresividad e irritabilidad. Pueden causar disminución del apetito y pérdida de peso. En altas dosis causan una gran "euforia", seguido de agitación y a veces violencia. Otros efectos pueden incluir insomnio, confusión, alucinaciones, ansiedad y paranoia. Pueden causar convulsiones que llevan a la muerte.

En el largo plazo producen el aumento del ritmo cardíaco y de la presión sanguínea, daño en los vasos sanguíneos del cerebro, lleva a paros cardíacos o latidos irregulares del corazón y colapso del sistema cardiovascular (vasos sanguíneos y del corazón) o muerte. Afectan el riñón, el hígado y los pulmones. Los consumidores pueden sufrir daño cerebral, incluyendo trastornos de la memoria y una incapacidad cada vez mayor para comprender pensamientos abstractos.

Los que se recuperan están sujetos usualmente a lagunas en la memoria y cambios de humor repentinos.

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  • Heroína (inyectada, aunque puede ser inhalada o fumada)

En el corto plazo, los consumidores de esta droga experimentan un nebuloso funcionamiento mental, náuseas y vómitos. La conciencia del dolor puede ser suprimid. La función cardíaca disminuida y la respiración más lenta, en algunas ocasiones hasta el punto de la muerte.

En el largo plazo el consumidor cuenta con venas llenas de cicatrices y/o colapsadas, infecciones por bacterias en los vasos sanguíneos y las válvulas del corazón, abscesos y otras infecciones en los tejidos subcutáneos, así como trastornos en el riñón y el hígado. Pueden resultar complicaciones pulmonares. Compartir jeringas o fluidos puede resultar en hepatitis, SIDA y otras enfermedades virales que se transmiten por la sangre.

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  • LSD (pastillas, cápsulas o líquido en papel absorbente en forma de cuadrado)

En el corto plazo, esta droga fomenta las pupilas dilatadas, temperatura alta del cuerpo, incremento del ritmo cardíaco y presión alta, sudores, pérdidas del apetito, insomnio, boca seca y temblores. Se pueden llegar a experimentar pensamientos y sensaciones terribles y severos, temor a perder el control, temor a la locura y la muerte, sensación de desesperación.

En el largo plazo, se pueden sufrir escenas retrospectivas, o repeticiones de un "viaje" de LSD, inclusive después de mucho tiempo en que haya sido ingerida la droga. Algunos consumidores manifiestan psicosis a largo plazo.

  • Inhalantes (aerosoles, pegamento, pintura)

En el corto plazo pueden matar a una persona de un ataque al corazón o de asfixia y que el vapor inhalando toma el lugar del oxígeno en los pulmones y en el sistema nervioso central.

En el largo plazo se puede perder el sentido del olfato, sufrir náuseas y sangrar por la nariz, desarrollando problemas en el hígado, el pulmón y el riñón. El consumo continuo puede llevar a una reducción de masa, el tono y fuerza muscular. Los inhalantes pueden dañar el cuerpo y el cerebro en forma permanente.

FUENTE: Cityvega




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