Aunque andemos a la búsqueda del teléfono con mejor cámara – aunque siempre podemos recurrir a las clásicas cámaras y videocámaras para esta tarea – para hacer los mejores vídeos y fotografías posible, el resultado puede quedar ensombrecido (literal y figuradamente) si no disponemos la iluminación adecuada.
No es cuestión de contar con un estudio en casa, porque afortunadamente existen muchas alternativas que nos permiten grabar vídeos caseros con una iluminación adecuada y atractiva. En esta guía de iluminación para grabar vídeos en casa repasamos las principales alternativas con sus respectivos puntos fuertes y debilidades.
Potencia lumínica, temperatura de color... son algunos conceptos habituales que usamos a la hora de elegir una bombilla cualquiera, y que ahora nos viene genial tenerlos claros para que nuestro setup de iluminación se ajuste a nuestras necesidades.
En una bombilla de cualquier tipo, la potencia lumínica (lúmenes reales) hace referencia a cuánta luz nos proporciona. En este sentido, no es lo mismo necesitar una bombilla para proporcionar luz ambiental que para usarla como alternativa a un foco.
¿Cómo calcularla? Teniendo en cuenta la eficiencia Lúmen/w, que habitualmente se encuentra entre 40Lm/w y 90Lm/w, podemos estimarla con esta sencilla fórmula:
Lúmenes reales = al nº de vatios x 70
En el caso de que apostemos por una bombilla que no cambia de color, es interesante conocer qué temperatura de color ofrecen, medida en Kelvin: si se encuentra en torno a los 3.000K será una bombilla de color blanco cálido, en 4500K es blanco puro y 5800K se trata de blanco frío. Y si cambia, nos interesa que cubra ese espectro de temperaturas para tener una iluminación versátil.
No obstante, algunas bombillas conectadas además permiten ajustar su intensidad e incluso ofrecen iluminación RGB, dos funciones que pueden sernos útiles en función del efecto que queramos crear.
También es importante conocer el ángulo de apertura de la luz: aquellas con ángulo de apertura cerrado proporcionan una luz muy localizada, pero si el abanico va de 80 a 120 grados, la luz estará más extendida.
Un parámetro empleado en iluminación de foto y vídeo para evaluar su calidad es el CRI, del inglés Color Rendering Index. Este valor permite conocer cómo de fiel es el foco a la hora de reproducir la gama de colores de una escena de acuerdo con el ojo humano.
Aunque la luz solar o la proporcionada por materiales incandescentes (como las lámparas de tungsteno o las halógenas) son capaces de emitir todos los colores del espectro (en todas las longitudes de onda), las fluorescentes y los LEDS no son capaces de hacerlo. Como consecuencia, esto afecta en cómo percibimos el color de los objetos que se encuentran bajo su iluminación.
La escala de CRI va de 0 a 100, siendo este último el valor ideal (el del sol). Para hacernos a la idea, unas buenas luces profesionales andan por el 90 y por debajo de los 90 la luz no es de calidad para este escenario de uso.
Grabando vídeo en casa nos vamos a encontrar esencialmente con tres escenarios de uso: el primer plano, muy usado en videollamadas o para grabar speechs como cursos, planos generales y de producto.
Sea cual sea tu caso y dispongas de presupuestos diferentes, estas son las bazas y limitaciones de la iluminación para grabar vídeo doméstico.
Como regla general de iluminación siempre buscaremos contar con una escena con luz suficiente como para que el dispositivo encargado de la grabación sea capaz de captar colores y detalles, que nos permita captar el volumen para no perder matices, evitar a toda costa las sombras duras en lugares clave como los rostros y que la luz tenga la capacidad de otorgar más o menos relevancia en función del plano en el que se encuentren los diferentes objetos.
La iluminación natural es la más sencilla y barata para grabar un vídeo en casa, especialmente para esas tomas en primer plano. Además ofrece grandes resultados si sabes cómo aprovecharla y tienes en cuenta que el sol se mueve continuamente, en consecuencia, tu foco de iluminación va cambiando de posición.
El objetivo es que las tomas se vean con una iluminación uniforme y (relativamente) libre de sombras.
Para ello lo mejor es elegir un lugar bien iluminado – cuanto más claro, mejor – y situarnos con la fuente de luz dirigida hacia nosotros tratando de que sea lo más uniforme posible, ya que si nos situamos de lado se generarían sombras (y tendríamos que contrarrestarlas con otro punto de luz o con un reflector, que puedes fabricar tú mismo con papel aluminio).
Ojo porque no nos interesa que la luz sea fuerte, sino que favorece más cuando es suave. En este sentido, un estor puede contribuir a suavizarla y difundirla.
Obviamente no siempre vamos a disponer de un gran ventanal con acceso a la luz solar, un día favorable o un espacio para situarnos justo enfrente de la ventana. Pero hay otras soluciones de bajo coste muy resultonas.
Una alternativa versátil y relativamente low cost para mejorar espacios con poca o mala iluminación es contar con un par de lámparas con sus correspondientes bombillas.
Lo bueno es que no es difícil contar con un par de lámparas en casa y que, además de emplearlas para un uso esporádico de grabación de vídeo, nos van a servir para nuestro día a día.
La idea es colocar ambas lámparas (lo ideal es que sean iguales) delante de ti, justo detrás del dispositivo que vayas a emplear para grabar, dispuestas de forma simétrica colocadas a 45 grados.
El objetivo nuevamente es lograr una luz suave y difusa, algo a lo que ayudan las lámparas con pantalla. Los flexo en cambio crean puntos de luz intensos, útiles en primeros planos pero "peligrosos" por esa luz directa que puede resultar dura.
No obstante, la versatilidad de las bombillas conectadas las hace las mejores candidatas en este segmento, nos referimos a los modelos dimmables y con iluminación RGB. Sin ir más lejos, aquí podéis ver unos cuantos trucos de Philips Hue (74 euros el pack de dos bombillas de color) para fotografía de producto.
Si el uso va a ser exclusivamente fotos selfie y vídeos en primer plano, el anillo de luz es una buena alternativa de bajo coste enmarcada en la gama de entrada, es decir, para un uso esporádico.
Este gadget consta de una luz circular, de modo que ofrece una iluminación uniforme justo en la zona que tienen en frente (tu rostro), mitigando así las sombras más pronunciadas y proporcionando un atractivo punto de luz en los ojos.
Al margen de las características habituales de la luz (que hemos visto en el punto anterior), podemos encontrar anillos de luz de diferentes diámetros y formas de fijarlos.
Los hay con trípode incorporado, otros que permiten su integración en trípodes de terceros y los más pequeños, que pueden fijarse al propio teléfono. Es importante fijarse en el sistema de fijación y lo robusto que resulta, ya que no queremos que haya holguras o que incluso el teléfono se suelte y se caiga al suelo
Son un acierto si tenemos claro su escenario de uso, ya que se van a quedar cortos para iluminar una habitación. Los modelos más asequibles ofrecen más bien una luz "regulera", aunque dependerá de nuestras expectativas.
Para quienes graben desde el móvil y busquen algo sencillo y económico, este de SYOSIN (17 euros) tiene un diámetro de 10,2", viene con un minitrípode donde poder incrustar el teléfono y un mando para disparar. Pese a lo asequible que es, dispone de tres modos de luz y 11 niveles de brillo.
Otra alternativa muy similar tanto en prestaciones como en tamaño y precio es este de Yoozon (18 euros), también con soporte giratorio universal para fijar el móvil en el minitrípode y disparador inalámbrico.
Si necesitamos un anillo más grande y potente, este de Neewer (59 euros) es de 14" y ofrece una potente luz de 36" y 5500K de temperatura con un robusto soporte y trípode grande, de modo que puedas situarlo en el suelo. Viene con varios filtros y una pinza que admite no solo móviles, sino también cámaras réflex.
Para quienes el anillo de luz se les quede pequeño, subimos un peldaño hasta los focos LED. Su precio es más alto que los anillos selfie, pero a cambio son más específicos y que entregan una luz más uniforme.
En este sentido, su mayor capacidad de iluminación provoca que en ocasiones creen luces duras, como sucede con las antorchas, por lo que se recomienda emplear un difusor para suavizarlos.
Asimismo, el escenario de uso de los focos LED es idéntico al de los anillos: los selfies y grabación de vídeo en distancias cortas en estático, ya que constan de un pie o trípode para que se queden fijos donde los necesitamos.
A caballo entre la antorcha y el foco, ya que se puede situar en la zapata de la cámara o en el suelo, el Yongnuo Yn300 Air Pro (51 euros) entrega una luz suave bastante uniforme que ilumina el entorno cercano, con la posibilidad de poder inclinarlo. Se alimenta tanto con batería como a través de la corriente y es posible cambiar la temperatura de color de sus 48 LED de 3200K a 5500K
Es el foco LED por excelencia de los streamers, es pequeño y ligero, lo que lo hace fácil de manejar, una característica reforzada con su control desde la aplicación.
Pese a lo compacto que resulta, integra 80 LEDs Osram de calidad para jugar con el color en un amplio intervalo de 2900 a 7000K. No es barato, pero si vas a grabar vídeo con frecuencia, es una gran compra si no quieres complicarte
Así como los anillos de luz son gadgets nacidos al albor de la fotografía móvil, las antorchas son dispositivos más veteranos que se montan sobre las cámaras para iluminar durante la toma de fotos o grabación.
Ofrecen un potente punto de luz... y eso es un arma de doble filo. Pueden sacarte de un apuro en lugares donde haya una iluminación baja o casi nula, pero es demasiado agresiva que proyecta muchas sombras.
Entre sus ventajas se encuentra que son pequeñas y portátiles, lo que nos permite llevarlas con nosotros dondequiera que grabemos. Además, como están fijados sobre la cámara, se utilizan para grabación en movimiento, por ejemplo para grabar a alguien que se está moviendo y ha de estar siempre bien iluminado
Sirven para grabar en interiores (o en exteriores con poca luz), pero también para decorar escenas o crear reflejos. Por su tipo de iluminación concentrada, no son válidos para iluminar una habitación.
Esta antorcha de ESDDI (26 euros) destaca por sus prestaciones a precio contenido. Dispone de 176 LEDs regulables que podremos ajustar a temperaturas entre 3200 y 5600K, con cinco filtros de colores. Se alimenta de su propia batería y viene con cargador incluido.
FUENTE: Xakata
