TRANSBORDADOR ZEL: Cómo hablar de la naturalidad del ser desde la infancia





Al salir del Teatro Benito Juárez después de una función de Transbordador Zel, la única y posible descripción es Hermosa, como un englobamiento de la experiencia que resultó, aunque claro no limitando la vasta cantidad de comentarios y debates a los que invita, con aderezos de reflexión y ejemplo de cómo enviar un mensaje con gran tratamiento y ejecución.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Es una obra que exclama estar hecha con el corazón, desde su escritura demuestra gran ingenio y consciencia del mensaje a abordar para tomarlo con delicadeza y desarrollarlo en un imaginario que plasmará con cincel a sus personajes y los escenarios en que se mueven.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Tony Corrales, da letra a esta historia que aborda las infancias trans y su camino por el reconocimiento desde el primer escenario en turbulencia: la familia, misma que enfrenta sus propias diligencias para ser parte del viaje de la vida.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Así como es importante dar visibilidad a estas infancias, también lo es el hacerlo parte de la conversación cotidiana y normalizar la libertad de expresión y el fortalecimiento que ha de generar el entorno más inmediato, en tanto es que generan una obra de corte infantil con un entendimiento general que atrapa a chicos y grandes por igual en un relato ameno y colorido en el que magistralmente se habla del tema con juegos de palabras y no por miedo a hablarlo, sino por convertirlo en algo usual y de identificación universal que llegará al subconsciente del espectador para su traducción casual en el día a día.

Así, la obra da inicio situándonos en la Vía Láctea donde vive Quántica, fémina de tradicionales costumbres empeñada en ver a su hija como una princesa de largos cabellos de alguna historia conocida en algún planeta, mientras que Rapunzel desde hace mucho se considera más bien un piloto de nombre Zel, llevando la dinámica familiar a un sinfín de enfrentamientos por la aceptación de sí y el pedido de un apoyo en constante estiramiento. Pronto un Asteroide amenaza con destruir su hogar, por lo que Zel se embarcará a una odisea donde ha de enfrentar los prejuicios, incluso los propios, para encontrar en su ser la fortaleza de superar las adversidades.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

El miedo muchas veces es el mayor de los adversarios a enfrentar, aún más cuando se trata de reconocerse en un mundo de egoísmo, por lo que el cobijo de los amigos y el paso firme por el camino elegido serán apenas el respaldo e impulso para grandes aventuras.

Con sólo 5 actores en escena, encuentran la mancuerna precisa para interpretar con total certeza un guion que de manera inteligente aborda una temática con total amenidad que se dibuja entre analogías y referencias a el cotidiano en nuestra galaxia y que con paneles coloridos y estructuras metálicas de brillante luz sitúan en naves espaciales y escenarios irreales que todos vemos al adentrarnos en la aventura desde el inicio.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Patricia Rosmir, Leonardo Yee, Tony Corrales, Omar B. Betancourt y alternando Marcela Feregrino y Phany Molina logran ponerse en la piel de estos peculiares personajes de extravagantes intervenciones que roban la atención en cada intervención en escena, situando a la perfección en los diferentes espacios y las personalidades de sus personajes, logrando enternecer, reír, sorprenderse y sobre todo reflexionar con toda atención.

La dirección de Alejandro Cervantes se luce al explotar en todo momento las motivaciones y más íntimas cualidades de cada figura en la historia, haciendo de la comunicación el arma más poderosa para la conexión con los seres queridos y los elegidos para el camino a recorrer, y es así que como parte del ciclo Entre lenchas, vestidas y musculocas encuentran un espacio idóneo para poner el tema en la mesa y hacer parte de una búsqueda por la libertad, el orgullo y la diversidad en la sociedad.

Fotografía por Charly Duchanoy ©

Transbordador Zel se encuentra ya en funciones del 4 al 26 de junio los sábados y domingos a las 13:00h en el Teatro Benito Juárez, siendo pertinente al mes del orgullo y a los movimientos en pro de una consciencia de apertura y aceptación. No te la pierdas.

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Por Gualberto Ortiz para Boy4ME



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