La Biblia no nos discrimina, lo que discrimina son las interpretaciones que hacen





La Biblia no discrimina pero sí las interpretaciones fuera de contexto

Las traducciones e interpretaciones de la Biblia son hechas por seres humanos, muchas veces desconociendo el contexto en que estos textos fueron escritos y traduciendo vocablos hebreos y griegosde manera arbitraria.

Muchas personas que se oponen a la diversidad sexual y de género lo hacen con base en creencias religiosas, así públicamente se esfuercen para que sus argumentos parezcan “legales” o de una esfera distinta a la religiosa. El problema detrás de este rechazo radica en algunas traducciones e interpretaciones que se han hecho de la Biblia. (Ver: ¿Qué dice la Biblia realmente sobre la homosexualidad?).

Una profesora de Teología compartía recientementeuna conversación que un colega suyo tuvo con un estudiante y que evidencia de qué hablamos:

¿Cuántas veces aparece en la Biblia la palabra “homosexual”? – le preguntó el estudiante a su profesor.
Ninguna – respondió él.
¿Cómo así que ninguna? Si en la Biblia que tengo en mis manos está escrita varias veces – dijo el estudiante.
El problema, entonces, es la traducción de esa Biblia porque el concepto “homosexual” fue creado en el siglo XIX y el último texto del Nuevo Testamento fue escrito hacia el año 100 después de Cristo – respondió el profesor.

Sin embargo, algunos sectores conservadores – religiosos apelan a la Biblia para legitimar su rechazo hacia las personas lesbianas, gais, bisexuales y trans (LGBTI)”, explica en su investigación Sin Tabú: Religiones y diversidad sexual en América Latina, Hugo Córdova Quero, doctor en Estudios Interdisciplinarios en Migración, Etnicidad y Religión, magíster en Teología y en Teología Sistemática y Teorías Críticas.

Pero la Biblia no condena a las personas LGBTI. Existen interpretaciones sobre textos bíblicos sacados de su contexto original y traídos al nuestro para discriminar. No existe ningún texto bíblico en el que Jesús rechace a las personas LGBTI. Por el contrario, su actitud según los Evangelios, es la de valorar y amar a todas las personas, independientemente de quienes sean”, señala Córdova.

“LA BIBLIA NO FUE ESCRITA PARA DISCRIMINAR”, HUGO CÓRDOVA QUERO, MAGISTER EN TEOLOGÍA.

Para Córdoba, la Biblia no habla nunca de una “orientación sexual homosexual” como hoy se entiende. La noción de “identidad sexual” es moderna y no está presente en este libro.

Por tanto, explica Stefanie Kreher, licenciada en teología, es importante tener claro quién financió las traducciones de las Biblias que usan la palabra “homosexual” y preguntarse por qué algunas personas decidieron, de manera arbitraria, traducir vocablos hebreos y griegos como sinónimo de “homosexual”, concepto creado hasta el siglo XIX por el psicólogo austro-húngaro Károly Maria Kertbeny para referirse a estas personas como “enfermas”.

Fue hasta 1973 que la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (APA) retiró la homosexualidad de su catálogo de enfermedades mentales, pero la idea de la homosexualidad como enfermedad no se ha borrado del todo”, afirma Córdova en Sin Tabú.

Esto, en buena medida, por las interpretaciones fuera de contexto que algunos líderes religiosos siguen haciendo de la Biblia. Por esto, aún hay quienes insisten en que vivir abiertamente como lesbiana, gay, bisexual o trans es incompatible con el plan de Dios.

El informe Poniéndole límites al engaño: Un estudio jurídico mundial sobre la regulación legal de las llamadas “terapias de conversión”, realizado por la organización ILGA Mundo (2020), señala que en algunos entornos cristianos se representa a Jesucristo dando la bienvenida a aquellos que se arrepienten de lo que llaman un estilo de vida que las personas LGBTI eligieron. (Ver: Nerú, ¿un traidor de la homosexualidad?).

Según esta investigación, las afirmaciones: “nadie nace lesbiana, gay, bisexual o trans” o “Dios no crea a las personas con diversas orientaciones sexuales o identidades de género”, se han utilizado para justificar las mal llamadas “terapias de conversión” o aquellas que supuestamente cambian la orientación sexual o la identidad de género de las personas LGBTI.

“QUIENES HAN PASADO POR ESTAS MAL LLAMADAS ‘TERAPIAS’ HAN SIDO TORTURADOS/AS”, HUGO CÓRDOVA, MAGISTER EN TEOLOGÍA.

Eso sí, la “efectividad de las terapias”, advierten estos líderes religiosos, depende de la fe y de la fuerza de voluntad de cada quien. Los predicadores pentecostales, explica el sociólogo William Mauricio Beltrán en la investigación Del monopolio católico a la explosión pentecostal, condicionan la eficacia de sus “poderes” a que los fieles se aparten de lo que ellos consideran vicios o licencias sexuales.

En otras palabras, deben renunciar a prácticas “pecaminosas”, según sus interpretaciones de la Biblia, para garantizar la eficacia de sus “milagros”. Para estos sectores religiosos, la miseria, las adicciones y la homosexualidad —todo en el mismo costal— están relacionadas con la influencia de demonios. De ahí la necesidad de realizar exorcismos. (Ver: “Cuando acepté que ser homosexual no era enfermedad ni pecado, mi vida cambió”).

Según el informe de 2013 de Juan E. Méndez, relator especial sobre tortura entre 2010 y 2016, las llamadas “terapias de conversión” son crueles, inhumanas y degradantes. Además, para la Asociación Mundial de Psiquiatría (WPA), no hay evidencia científica que permita concluir que la orientación sexual o la identidad de género pueden cambiarse mediante “terapias”.

Bajo la pretensión de tratar asuntos que no son trastornos ni enfermedades, son prácticas que promueven prejuicios. Para la WPA, la orientación sexual homosexual es una variante más de la sexualidad que está determinada por múltiples factores tal como sucede con la heterosexualidad o la bisexualidad.

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Uno de los textos bíblicos que más suele citarse para señalar que Dios condena la diversidad sexual y de género, es el referente a Sodoma y Gomorra. Desde muy temprano en el judaísmo, agrega Córdova, la destrucción de estas ciudades fue entendida como un castigo de Dios porque sus habitantes no cumplieron con el mandato de amparar a los extranjeros.

“LA INTERPRETACIÓN ORIGINAL DE SODOMA Y GOMORRA TIENE QUE VER CON LA FALTA DE HOSPITALIDAD CON LOS EXTRANJEROS, PERO LA INTERPRETACIÓN CRISTIANA LA ASOCIÓ A RELACIONES SEXUALES”, STEFANIE KREHER, LICENCIADA EN TEOLOGÍA.

Fue en el siglo XII que el cristiano Pedro Damián escribió el libro Liber Ghomorrianus en el que por primera vez se asociaba el deseo por personas del mismo sexo como motivo del castigo de Sodoma y Gomorra. Hasta entonces las personas diversas sexualmente no eran perseguidas. Por el contrario, en muchas civilizaciones antiguas —incluido el Imperio Romano— no había estigmatización al respecto”, señala Córdova.

El escrito de Damián, añade, coincidió con una creciente intolerancia en la Europa medieval no sólo contra las personas diversas sexualmente sino también contra las judías, aquellas que sufrían la enfermedad de Hansen (antes llamada “Lepra”) y contra las que ejercían la prostitución. Fue así como a partir del siglo XII el término “sodomía” pasó a ser un pecado y las relaciones del mismo sexo comenzaron a ser perseguidas.

“LA FE CRISTIANA CELEBRA LA MESA ABIERTA DE JESÚS DONDE TODAS LAS PERSONAS ESTÁN INVITADAS”, STEFANIE KREHER, LICENCIADA EN TEOLOGÍA.

Pasajes de Deuteronomio, Reyes y Levítico también han sido utilizados para señalar que la Biblia rechaza la diversidad sexual y de género. “Pero los dos primeros se refieren a prácticas que no formaban parte de la religión del pueblo de Israel y, por tanto, no debían ser permitidas. No aborda relaciones consentidas entre personas del mismo sexo”, explica Córdova. (Ver: Ser homosexual y ser feliz).

Los textos de Levítico no hablan de una prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo sino de prácticas fuera del contexto religioso hebreo. Usar estos textos por separado, sin mostrar su contexto social, histórico y cultural, significa manipularlos”, añade Córdova.

Según este teólogo, otros textos de la Biblia que se usan contra las personas LGBTI —Romanos 1.26-27, Corintios 6.9 y Timoteo 1.10— tampoco hablan de relaciones consentidas entre personas del mismo sexo, sino de situaciones que transgredían el orden social del momento.

“LA EVANGELIZACIÓN NO PUEDE SEGUIR SIENDO EN CLAVE DE DOMINACIÓN O DE ENSEÑANZA DE UNO HACIA OTRO: LA EXPERIENCIA DE AMOR ES PARA AMBAS PARTES”, STEFANIE KREHER, LICENCIADA EN TEOLOGÍA.

Una respuesta a estas interpretaciones fuera de contexto de la Biblia es la teología queer. El término queer puede ser traducido como “raro” y en algún momento se usó, explica Córdova, para descalificar a los hombres que tenían relaciones sexuales con otros hombres o actitudes socialmente consideradas “femeninas”. (Ver: Queer para dummies).

Sin embargo, a comienzos de la década de 1990, este término pasó de ser una palabra despectiva a tener un carácter contestatario. “Desestabiliza tres elementos que se consideran fijos: el sexo, el género y el deseo sexual. Desenmascara la supuesta estabilidad de etiquetas como ‘femenino’ o ‘masculino’ o contemplar como natural solamente lo relacionado con heterosexualidad”. (Ver: 10 dudas básicas sobre la cultura queer).

La teología queer aborda la experiencia trascendente relacionando la vivencia de la fe con la de la sexualidad. Invita a cuestionar los conceptos que tenemos para evitar que la sexualidad se reduzca a heterosexualidad”, afirma Kreher.

“NUEVAS EXPERIENCIAS DE DIOS Y DE LO TRASCENDENTE NECESITAN NUEVAS METÁFORAS”, STEFANIE KREHER, LICENCIADA EN TEOLOGÍA.

Las comunidades de fe son determinantes en la visión de mundo de muchas personas. “De ahí la importancia de cuestionar lo que se quiere imponer: cada quien es como es, no como yo quiero”, completa Kreher. (Ver: Diversidad sexual y nuevas alternativas espirituales).

Esto significa que a pesar de las paredes levantadas entre religiones y diversidad sexual y de género, las personas LGBTI que practican una fe no pueden dividirse en dos. Cada quien es un todo. “Es irreal obligar a las personas a dejar su orientación sexual o identidad de género en la puerta de una iglesia o de un culto”, afirma Córdova.

Si nosotros creemos que el Dios al que veneramos se hizo ser humano en el cuerpo de Jesús, no podemos dejar los cuerpos de lado. El cuerpo de Jesús fue el lugar donde la divinidad se unió al universo. Si Dios se encarnó en el cuerpo de Jesús, también se encarnó en su sexualidad”, afirma Córdova.

Según este teólogo, es arrogante atribuirse el poder de afirmar qué piensa Dios sobre las personas LGBTI. Señalar que condena la diversidad sexual y de género es una contradicción porque la creencia fundamental del cristianismo es el amor. (Ver: Hay muchas voces religiosas que no son “antiderechos”).

PROFESAR UNA FE Y SER LGBTI NO ES UNA CONTRADICCIÓN. MÁS DEL 80% DE LAS PERSONAS EN EL MUNDO PROFESAN UNA FE.

Para Córdova, han sido los hombres quienes han hecho creer que para Dios hay orientaciones sexuales e identidades de género permitidas y otras no. “Pero tenemos que avanzar para responder las preguntas que los seres humanos tenemos acá y ahora, no más adelante ni más atrás. Los cristianos siempre hemos hecho eso, de lo contrario hoy seguiríamos apoyando la esclavitud”, concluye Kreher. ¿Por qué pensar, entonces, que no se puede convivir en la diferencia?

FUENTE: Sentido




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