I am Mother, la nueva película de ciencia ficción de Netflix





Netflix tiene una pequeña, aunque nada desdeñable, colección de películas de ciencia ficción en su catálogo. Muchas de las mejores son producciones propias. Esto es una buena noticia para aquellos que disfrutan de una dosis habitual de robots, especulación científica y alienígenas. El pasado viernes se estrenó la última de sus cintas originales en este campo: I Am Mother (“Yo soy Madre”).

La película parte de una simple premisa: ¿puede un robot criar a una niña? En esta realidad, la Humanidad ha llegado a su fin y las únicas supervivientes son una bebé recién nacida y una droide. Viven en unas instalaciones cerradas y completamente equipadas porque el exterior está contaminado por algún tipo de virus letal. Al menos, eso es lo que sabe la protagonista acerca de su propia especie. Desde que nació, la niña ha sido educada y entrenada por el robot, Madre, hasta convertirse en una adolescente con vastos conocimientos en medicina, ingeniería y ética. Pero todo su mundo se viene abajo el día en que una extraña consigue entrar en su hogar.

Estas dos mujeres, interpretadas por Clara Rugaard-Larsen y Hillary Swank respectivamente, son las únicas caras humanas de la película. A ellas se suman Luke Hawker, dentro del traje de Madre, y Rose Byrne como su voz. Una voz que nos conduce de la calma al terror con facilidad y que en español pierde un poco, aunque no por falta de talento de la actriz de doblaje. Para los fans de Los Juegos del Hambre los primeros minutos serán desconcertantes, ya que Madre comparte voz con Katniss Everdeen (Adelaida López) y es difícil tomársela en serio al principio.

Con un reparto tan reducido cualquier pequeño fallo en el guion, la actuación o la trama queda en evidencia con facilidad. Por suerte, no es el caso. Hillary Swank es una apuesta segura, que consigue desarrollar las distintas caras de su personaje de manera eficaz. Por su parte, Rugaard aborda su primer papel protagonista con aplomo. Su personaje, cuyo nombre desconocemos, representa el típico viaje hacia la madurez con el trasfondo de haber sido criada sin ningún tipo de contacto humano. A pesar de lo trillado que esto pueda parecer, la joven actriz es capaz de plasmar su evolución perfectamente y terminar mirándonos directamente a los ojos, en un momento que interpela al espectador a preguntarse a sí mismo qué significa ser humano.

Además, siempre es agradable ver un reparto exclusivamente femenino, para variar. Sobre todo si lleva su buena ración de persecuciones, tensión y disparos. Eso sí, no han podido evitar que sea evidente la mirada masculina, ya que tanto la dirección, como el guion y la producción corren a cargo de hombres. Este detalle se hace palpable en algunos momentos, pero no ocurre nada alarmante ni que reste valor a la cinta. De hecho, los personajes están llevados con una falta casi total de prejuicios por ser mujeres.

En general, la película mantiene un buen ritmo durante sus casi dos horas, aunque se apoya demasiado en los giros de trama, lo que supone un problema porque no sorprenden realmente a nadie. Antes de empezarla, ya tienes una idea más o menos clara de cómo va a desarrollarse, aunque en este caso no es un aspecto negativo. Gracias a la ambientación y la propia cadencia de la película, consigue mantenernos enganchadas a la pantalla hasta el final. Sin embargo, en varias ocasiones parece que hemos llegado al final, pero justo después ocurre algo que lo alarga un poco más. Estos últimos giros no son malos, al contrario. Aportan contexto y textura a la película, pero llegan a destiempo y dejan una sensación incómoda en el espectador.

FUENTE: Hipertextual




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