El morbo de los besos de lengua





Por qué las personas disfrutan de los besos con lengua

Usualmente las personas suelen ser muy cuidadosas con las cosas que se llevan a la boca, por higiene como principal razón, es por eso que no resulta bien visto compartir cepillos de dientes, pero parece que este argumento no es viable al hablar sobre los besos profundos, es decir, aquellos que integran a la lengua en el panorama pasional. El meter la lengua en la boca de otro, desde un plano teórico resulta asqueroso, pero la sensación del acto es completamente diferente. Saliva, caries, restos de comida, bacterias, flemas, heridas, ¿qué más razones quiere para no pensar que es una situación desagradable? Seguro usted seguirá queriendo besar de esta manera, es por eso que resulta curioso saber de dónde viene este gusto casi culposo.

La razón está relacionada con el ADN de la gente, es meramente evolutiva. "Besar, como tocar u oler, es una acción conducida por las emociones que nos permite identificar a las parejas más compatibles y ventajosas desde el punto de vista evolutivo", expone Fulvio D'Acquisto, profesor de inmunología de la Universidad de Roehampton, al diario The Independent. Cuando él habla de parejas más compatibles se refiere a que la pareja haga match en gustos, o en carácter, pero que se besen de una manera que ambos disfruten, estos son procesos bioquímicos y con compatibilidades genéticas. Otros animales utilizar el olfato para dar con esta información, solo que los seres humanos no tienen el olfato tan desarrollado. Los besos, lamer y succionar los labios, mover las lenguas de un lago al otro, es una especie de sustituto al mal olfato de la especie. "Los humanos no tenemos habilidades olfativas fuertes. Besar nos permite oler y saborear a la otra persona y ver si tenemos reacciones inmunes", explica Sarah Johns, experta en psicología evolutiva, desde la Universidad de Kent. "Nos solemos sentir más atraídos hacia alguien con una respuesta inmune diferente a la nuestra", agrega. La doctora hace referencia, científicamente, a lo que se conoce como complejo mayor de histocompatibilidad (CMH), una familia de genes involucrados en la activación de procesos críticos para la generación de respuesta inmunitaria.

"El CMH es detectable a través del olor corporal, así que el besar y saborear a alguien nos da una cierta oportunidad de evaluar cómo de similares o diferentes somos de esa persona en términos bioquímicos".

FUENTE: Kien y Ke




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