Cómo convertir tu cuarto en un gym casero





Se puede entrenar en cualquier parte y sin material, y esta afirmación te la tienes que creer aunque fastidie y ya no puedas decir eso de no tengo tiempo y de no voy a pagar un gimnasio al que no voy a ir.

Hemos demostrado en Esquire, con la ayuda de varios entrenadores, que puedes ponerte en forma en diez minutos y que sólo necesitas tu cuerpo y la constancia.

Con eso claro ya podemos avanzar y dar un salto al siguiente nivel para aprender a convertir nuestra habitación en nuestro lugar de entrenamiento.

Olvídate de bicicletas estáticas y otros muertos que ocupan casi más que la cama, toma nota: si son cuatro pipas. El objetivo es comprar un material asequible que permita hacer ejercicios en los que trabajemos los grupos musculares más grandes.

1. Set de mancuernas de 20 kilos

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DECATHLONTWITTER

Nos van a permitir jugar con el peso e ir aumentando el nivel, podemos jugar con discos más pequeños al principio y más tarde meter el peso máximo.

Trabajaremos el tren superior en su mayor parte. Podemos hacer press de banca para pecho, press militar para dorsal y hombro, curl de bíceps, tríceps...

2. Kettlebell

Ni es una campana ni una tetera, pero es algo parecido que te puede poner como un bicho si la usas como debes y también se conoce como pesa rusa.

Básicamente sirve para realizar entrenamientos funcionales, es un peso muerto tal cual con el que puedes hacer muchísimos ejercicios como balanceos, hombro... Hay de todo tipo de precio, ésta de Train Inn cuesta 16,95 € y es aceptable.

3. Barra de dominadas

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Si puedes hacerte con una de estas: hazlo. Las dominadas son un ejercicio súper completo para fortalecer la parte superior y se encaja en el marco de la puerta.

Para ser sinceros, las hay buenísimas y por unos 30 euros en Amazon, por ejemplo. Pero en tiendas deportivas las tienes seguro.

4. Gomas elásticas y esterilla

Sirven para calentar, practicar remo, engancharlas en ventanas o patas de la cama y hacer auténticas viguerías. Y la esterilla es básica para trabajar sobre ella y no hacerte daño en la espalda o las articulaciones, apoyar el material para no estropear el suelo, etc.

Además, ambas son muy baratas, sobre las primeras hay que saber que hay varias resistencias (desde la más blanda hasta otra que cuestan lo suyo estirarlas).

Nos ahorramos la foto porque si no sabes lo que son... Mal vamos.

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FUENTE: Mens Health




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