"Space Force" la nueva comedia política de Netflix





'Space force', el inagotable filón cómico de las ocurrencias trágicas de Trump

La idea del presidente de EEUU de crear un ejército espacial es convertida en 'sitcom' en 'Space force' por Carell y Daniels, los creadores del 'The office' estadounidense

Por difícil que resulte creer, la última y más brillante generación de cineastas británicos tiene mucho que agradecer a Margaret Thatcher. Al fin y al cabo, las consecuencias de su política en las carnes de la clase trabajadora han sido la principal fuente de inspiración de cineastas como Ken Loach, Stephen Frears, Mike Leigh o, posteriormente, Alan Clarke. Digamos que, aunque sólo sea por accidente, su impronta es más que sustancial. Con Donald Trump va camino de suceder algo parecido. Sin moverse de Netflix, actualmente la miniserie más controvertida trata sobre un antiguo amigo suyo (el pederasta Jeffrey Epstein), el documental más visto de la plataforma retrata con una crueldad malsana a buena parte de la base de su electorado (Tiger King) y, hoy mismo, la comedia de situación más esperada del trimestre gira en torno a una de sus ocurrencias más celebradas. Y caras. En verano de hace dos años, anunció una nueva rama del ejército; antes de que acabara la frase, Greg Daniels, Steve Carell y la propia Netflix ya le habían tomado la palabra. Hoy mismo llega a la plataforma Space force, que sin ser sustancialmente una idea del presidente de Estados Unidos, sí lo es, de nuevo, accidentalmente. En efecto, la sitcom de los creadores de la versión estadounidense de The office se ocupa de la creación y entrenamiento de las milicias destinadas a ocupar la Luna y el espacio sideral a su alrededor. Y no es broma. O sí, sí que lo es.

Lo primero que llama la atención de los 10 capítulos de media hora es su ambición, su poderío. No podía ser de otro modo. Olvídense de espacios cerrados, risas enlatadas o decorados recurrentes. Tanto la cadena de pago como la pareja creativa saben muy bien que la mentada The office alcanzó una audiencia estratosférica apenas llegó a la parrilla. Se trata por tanto de repetir lanzamiento a las estrellas. Y para que nadie dude, en el reparto aparecen desde John Malkovich en una nueva reinterpretación de John Malkovich, Lisa Kudrow con un gesto no tan lejano al de Friends o la estrella inminente Diana Silvers.

Toda la serie oscila, por así decirlo, entre el delirio de grandeza y la enormidad delirante. Se trata de hacer coincidir lo disparatado de una misión inabarcable en manos de un general con la cabeza hueca (Carell) y lo errático de una vida familiar (el padre y la hija viven solos)en medio de ninguna parte. La base en la que se prepara todo está en mitad del desierto.

El resultado está sólo logrado a medias. Siempre le cuesta a una sitcom hacerse con su sitio, conseguir que las manías de los personajes sean perfectamente identificables. Pero ahora, y con tantos y tan grandes elementos a la vista, el despiste es mayor. Los momentos realmente brillantes (el primero a cargo de un mono) se espacian por unas tramas en exceso premiosas y plagadas de buenos sentimientos. Space force quiere que el espectador se haga cargo de lo absurdo de todo antes que dejar su capital en manos de un par de chistes fulgurantes. Y eso no es malo. Al revés. El problema son las expectativas. Se espera tanto que el aprobado alto con el que pasa el examen se antoja escaso.

Sea como sea, y ya hacia el final, la química entre un idiota con iniciativa y un científico que no da crédito a lo que asiste acaba por entregarnos una bonita descripción del estado de las cosas en la era Trump. Y ahora sí, hemos llegado.

¿Quién dijo que el neo-liberalismo no apoya a la creación? Accidentalmente.

FUENTE: El Mundo




COMENTA LA NOTICIA