​La obra de teatro “Aguántame Que Estoy Rezando” muestra el poder de sanación de la oración

La obra de teatro “Aguántame Que Estoy Rezando” muestra el poder de sanación de la oración

(5 de Febrero de 2020)

Porque un niño anhela recibir a “Dios” en la ostia y un adulto carece muchas veces de esa ilusión?

“Max” es un adolescente que estudia en las tardes porque reprobó el último año. Es distraído y cuando escribe el dictado de la profesora poner civilización con “c” o con “s” es suficiente motivo para distraerse.

Cuando termina una dia más de clases, “Max” no alcanza el camión y tiene que tomar un Uber previo permiso de su mamá. Por fin llega a su cuarto y se tumba en la cama.

Cuando está a punto de dormir, el teléfono que está en su buró empieza a sonar pero no hay nadie del otro lado. Después de 5 llamadas, lo desconecta, pero vuelve a sonar y por fin una voz que parece de ultra tumba le dice: “Soy Dios”.

“Max” incrédulo ante esta respuesta lo cuestiona y empieza una plática que se convierte en un viaje interior que le permite redescubrir al niño que años atrás emocionado hizo su primera comunión.

Rubén Córdova realiza este monólogo recreando algunos pasajes de la corta vida de “Max”, es así como nos enteramos que cuando era más pequeño e iba a misa no siempre se concentraba en el sermón.

“Max” disfruta bailar a solas, Rubén nos muestra sus mejores pasos con “despacito” y termina arrancando una ovación del público muy “perrona”.

Hace poco la vida de “Max” dio un giro de 180o y una de las cosas que perdió fue la devoción. Sus oraciones son una repetición de lo que aprendió pero carecen de la fe que tenía.