Precauciones de higiene que debes tener en el gimnasio para evitar infecciones





Son múltiples las infecciones que podemos contraer. Todas son evitables con unas precauciones mínimas que a veces olvidamos.

Cuando vamos al gimnasio, nunca o casi nunca pensamos en el alto riesgo que ello conlleva, pero por desgracia muchas veces los hábitos impropios de algunos usuarios pueden provocar que nos contagiemos de determinadas bacterias u hongos. Con ello no queremos decir que los gimnasios sean un sitio que debamos evitar ni mucho menos. Simplemente con que mantengamos unas mínimas, pero eficaces medidas de higiene tales como lavarnos las manos después de utilizar los servicios, el uso de chanclas personales en la ducha o limpiar y secar el sudor de los bancos o máquinas que utilicemos son acciones que evitarán el riesgo de contagio.

VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO

A pesar de que la forma más común de transmisión del VPH es mediante las relaciones sexuales, bien es cierto que en un porcentaje reducido de las ocasiones la forma de transmisión, hablando del entorno de un gimnasio, podría estar relacionada con la falta de higiene y el sudor, especialmente en los bancos de la zona de musculación (que por norma general los usuarios o no lleva toalla o no seca el sudor) o en

los sillines de las bicicletas: sudor + transpiración = riesgo de contagio. La remedio: concienciación y una mejor higiene por parte de todos. Unas adecuadas medidas de higiene en lo que al sudor se refiere como es el uso de toalla y secar las superficies que utilicemos.

HONGOS

Las zonas más comunes de un gimnasio en las que podemos contraer los hongos suelen por norma general las salas de máquinas, aparatos y los baños (duchas y las tazas de los WC principalmente). En la zona de las duchas, el alto grado de humedad de las mismas es el medio preferido por los hongos para su proliferación, por lo que llevar chanclas cuando nos duchemos reducirá las posibilidades de contagio.

Por contra, en la sala de máquinas y pesas, el principal culpable de los contagios que puedan producirse es, nuevamente, la falta de higiene de las personas: el sudor y no lavarse las manos cuando volvemos del baño son dos de los principales factores culpables de ello.

INFECCIÓN POR ESTAFILOCOCOS

Considerando que existen más de 30 tipos diferentes de estafilococos, el más común suele ser el “estafilococo aureus”, responsable de, entre otras infecciones como infecciones en la piel (como espinillas o forúnculos), neumonía o intoxicaciones alimentarias. Aunque generalmente de que no suelen tener complicaciones, si la infección fuese de la suficiente gravedad, las bacterias podrían llegar al flujo sanguíneo y provocarnos una septicemia grave. Por lo general, este tipo de infecciones suelen tratarse mediante la administración de antibióticos.

FOLICULITIS

Es un tipo de infección que se produce cuando los folículos pilosos (la parte de nuestra piel que ayuda al crecimiento del cabello), se infecta con alguna bacteria (el Staphylococcus aureus suele ser la bacteria más común causante de esta infección). El síntoma principal por el que podemos reconocer esta infección es la formación de pequeños granitos de color blanco alrededor de uno o varios de estos folículos pilosos.

Probablemente esta es una de las infecciones o enfermedades más comunes que podemos contraer en un gimnasio (y en cualquier otro lugar).

Independientemente de que llevemos o no toalla (que deberíamos llevarla siempre), en un gimnasio estamos tocando continuamente objetos y superficies que previamente han sido tocados por infinidad de personas, y como es imposible un ambiente 100% esterilizado, va a ser una de las principales infecciones.

Además, aunque seamos los únicos que antes de coger una barra o mancuerna la limpiamos con nuestra toalla y sequemos el banco antes de usarlo, “gracias” a los sistemas de ventilación de los gimnasios actuales, los virus liberados en toses y estornudos tienen un magnífico medio de transporte y diseminarse por todo el gimnasio.

ONICOMICOSIS

Seguramente no hayamos oído hablar de esta infección, pero es una de las más comunes que podemos sufrir en las uñas de nuestros pies, y que generalmente viene provocada por bacterias como la cándida o por hongos de la rama de los mohos. La principal medida que podemos adoptar para evitar esta infección es la de mantener una correcta higiene personal y, por supuesto, llevar unas chanclas de ducha al gimnasio, para evitar andar descalzos por el suelo de los vestuarios y en las duchas.

Habitualmente los ambientes en los que esta infección puede aparecer son aquellos en los que exista un cierto grado de humedad, excelente campo de cultivo, medio en el cual estos hongos y bacterias se desarrollan y reproducen con mayor facilidad, por lo que igualmente pueden llegar a sufrirla personas que, aunque no acudan a gimnasios o piscinas, trabajen con calzado que favorezca la humedad del pie (de ahí que la higiene personal, volvemos a señalarlo, sea tan importante para prevenir estas infecciones).

FUENTE: Gay Barcelona




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