Para que sirve una ducha helada





Todo tu mundo cambia cuando te sometes al agua congelada.

Mis mejores ideas llegan en la ducha. Cuando debo de hacer algo mentalmente extenuante, siempre tomo una larga ducha antes de comenzarlo.

Lo hubiera hecho antes de sentarme a escribir este artículo, pero no pude –porque esta historia es sobre las duchas heladas, algo que llevo haciendo durante una semana.

Las duchas heladas son pensadas como un acto de tortura, algo que la gente debe soportar en campamentos militares o en la cárcel. Vamos, el término “ducha fría” es sinónimo de “asesino de deseo sexual”.

A pesar de todo esto, hay un pequeño, pero entusiasta, grupo de personas hablando de los beneficios de tomar duchas heladas y tienen algo de ciencia que los respalda.

El agua helada es usada desde hace algún tiempo por terapeutas del deporte y atletas para tratar dolores musculares. Se dice que la pérdida de peso y mejoras en la piel son otros beneficios del agua fría, además hay evidencia de que las duchas congeladas pueden ayudar con la salud mental.

Un estudio publicado en la revista Medical Hypotheses sugiere que las duchas heladaspueden ser usadas para tratar la depresión.

Las duchas heladas por las mañana también te ayudan con la productividad, la idea es que superar un desafío a primera hora, te prepara para el éxito el resto del día.

Al final, irónicamente, toda esta evidencia me convenció de una cosa: las duchascalientes son espectaculares. ¿De qué otra manera te explicas que casi todo mundo las toma a pesar de que existen montañas de evidencia que aseguran los beneficios de las duchas heladas?

He pasado toda mi vida comprobando los beneficios de las duchas calientes, así que sé que son geniales. Pero, es momento de ver qué es lo que las duchas heladas pueden ofrecer, así que decidí tomarlas durante toda una semana.

Para ser exacto, tomé duchas heladas de dos minutos al final de una muy corta (30 segundos o menos) ducha normal. Esto es lo que pasó:

ME SUPER CONCENTRÉ

Durante mi primer ducha fría empecé a contar del 1 al 120 en mi cabeza, pero la cascada de hielo rápidamente me descarriló al segundo dos. Si las duchas calientes me sumen en un estado de profunda reflexión, la ducha fría tomó mi cerebro y lo lanzó a un lago helado.

Cuando tomas duchas heladas, es imposible pensar en otra cosa que no sea “estoy tomando una ducha helada”. Hace que esos primeros 15 segundos parezcan eternos.

Pero una vez que haces las paces con la idea de que te estás bañando con agua helada, pasa algo interesante: comencé a concentrarme en algo muy básico, facultades humanas elementales.

Mis hombros están tensos, pensé, ¿tienen que estar así? Los relajé. Estoy respirando rápido. ¿Es esto necesario? Respiré profundo y lento. Me calmé –tenía frío, pero estaba calmado.

ME MOTIVÉ

Luego de que, lo que estimé que fueron dos minutos, pasaron, cerré la llave del agua y me preparé para empezar mi día. Y cuando digo “me preparé”, es en serio.

Me senté y armé mi lista de pendientes durante el desayuno. Me sentí genial. Muy productivo. Luego de una ducha helada de solo dos minutos, me convertí en un creyente.

TUVE QUE CONSEGUIR MUCHA FUERZA DE VOLUNTAD

El día siguiente hubo más de lo mismo, pero noté que esta vez me costó mucho trabajo meterme a bañar. Esta tendencia continuó durante las mañanas siguientes.

Si sabía lo bien que me hacía sentir, ¿por qué no estaba ansioso por saltar a la ducha? La experiencia me recordó un dicho famoso, atribuido a muchos autores: “No disfruto escribir, disfruto haber escrito”.

No me gustan las duchas heladas, solo me gusta cómo me hacen sentir, una vez que me sequé.

La semana fue un éxito, y estoy convencido de que seguiré tomando las duchasheladas todas las mañanas, aunque no será fácil.

Me explico: ¿Has tomado una ducha caliente? Son lo mejor.

FUENTE: Men's Health




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