Ellen DeGeneres confesó que recibió amenazas de muerte despues de salir del closet





Ellen DeGeneres, conocida por su programa de éxito en Estados Unidos The Ellen Show , aún recuerda con dolor lo que sucedió en 1997. Lo ha hecho en la última edición de Adweek, una revista de Estados Unidos. Desde hace más de una década y gracias a su programa, Ellen se ha convertido en una de las presentadoras de televisión más conocidas mundialmente.

La vida de la comediante, nacida en Luisiana y protagonista de la serie del momento, dio un giro inesperado en aquel momento. Durante los años 90, la presentadora era la protagonista de la, también exitosa, serie “Ellen”. Una serie emitida en la cadena ABCdonde ella daba vida a una neurótica dueña de una tienda de libros. Todo cambió en el momento que salió en portada de la revista Timecon el titutal: “Yep, I’m gay” (Sí, soy gay).

La confesión fue tan mediática que se canceló la siguiente temporada de la serie y aseguraba, tiempo después, que “no trabajé durante tres años, nadie me llamó, nadie respondía al teléfono”.

No trabajé durante tres años, nadie me llamó, nadie respondía al teléfono

Pero no todo acabó aquí. Ellen confiesa haber sufrido amenazas de muerte e incluso de bomba tras salir del armario. DeGeneres revelaba, en la revista Adweek, que afortunadamente habían escogido mal el momento de la amenaza porque ya habían acabado la grabación.

Ellen sufrió amenazas de muerte e incluso de bomba tras salir del armario

En uno de los capítulos de su programa el año pasado, Ellen comentó que no se arrepiente de nada, como ha repetido en varias ocasiones, pero asegura que fue la decisión más difícil que ha tenido que tomar en su vida hasta el momento.

La presentadora estadounidense aprovechó el Día Nacional de la Salida del Armario (Coming Out Day) para colgar una foto en la que se daba un beso con su esposa y dedicar unas palabras a sus más de 58 millones de seguidores en Instagram. Elllen y, la actriz, Portia de Rossi, empezaron a salir en 2004 y son matrimonio desde 2008.

FUENTE: La Vanguardia




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