Guía para depilarte, arrancarte o rasurarte esos molestos pelos.
No es común que los hombres discutamos entre nosotros sobre grooming. Nunca nos van a ver comparando lociones o debatiendo sobre la efectividad de cierto tipo de espuma para afeitar.
Así que, no es de sorprender que no nos digamos nada cuando nos empieza a aparecer algo de vello en las orejas.
“La mayoría de los hombres ni se enteran cuando lo tienen”, asegura el fundador de Grooming Lounge, Michael Gilman.
Sin embargo, aunque tú no lo notes, te aseguramos que todos los demás sí. Después de todo, tus orejas están ahí a la vista de todo mundo. Así que aquí hay tres opciones para que no parezca que tus orejas pertenecen a Pie Grande.
Tu primer plan de ataque requiere de unas pinzas de depilado y un espejo amplificador. Asegúrate que las pinzas no terminen en punta, para minimizar el peligro de lastimarte. Utiliza el espejo para que lo veas todo mejor. Ayúdate con los dedos para descubrir el vello y comienza a depilar.
No intentes quitar más de un pelo a la vez. Incluso estando juntos, no vale la pena el sufrimiento. Nunca, por ningún motivo, insertes las pinzas en tu conducto auditivo. Eso es solo meterse en problemas.
La ventaja: debido a que estás arrancando el vello desde la raíz, no tendrás que repetir el proceso tan seguido.
Sí, leíste bien. Puedes ir a algún salón de belleza y pedirle a la amable mujer que te ponga un poco de cera caliente en la oreja. Suena escalofriante, pero funciona muy bien.
La ventaja: Ningún vello se queda. La cera te quitará hasta el más pequeño de los vellos y todo el proceso dura menos de 5 minutos.
Utilizar una máquina para rasurar es la forma más sencilla de quitarlos, pero requiere que lo hagas más seguido. Gilman sugiere que pases la rasuradora entre los bordes, por delante y por atrás de tus orejas. Puedes quitarte los vellos que están dentro de la oreja, pero hazlo con cuidado.
La ventaja: este método es mucho menos doloroso que los dos anteriores y, con algo de práctica, puede ser realizado sin la ayuda del espejo (ni la amable señora).
FUENTE: Men's Health
