Cómo cuidar la testosterona en tu cuerpo





¿Estás siempre cansado? ¿Problemas de sueño? ¿Libido en crisis? ¿Obesidad perenne? El Síndrome por Déficit de Testosterona (SDT) puede estar llamando a tu puerta. Vamos, a tus testículos. Si te sirve de alivio, cada vez somos más; aunque en este caso el refranero tiene más razón que un santo: "Mal de muchos, consuelo de tontos".

La testosterona determina el sexo de un feto y convierte al adolescente en todo un varón de pelo en pecho. "Es una sustancia química producida fundamentalmente en los testículos, que envía información de un órgano a otro a través de la sangre. Su principal función es regular la conducta sexual y la reproducción", explica Luís Miguel García Segura, responsable del departamento de Plasticidad Neural del Instituto Cajal, centro público de investigación en neurobiología. "Afecta a nuestra conducta y también a nuestras pulsiones y estado de ánimo, tiene efectos ansiolíticos y antidepresivos, por lo que facilita la sensación de bienestar, y aumenta la agresividad".

El SDT suele ponerse de manifiesto a través de señales que nuestro organismo envía a través de diversos canales. a saber:

LOS SÍNTOMAS

LOS FACTORES DE RIESGO

Disminución de la libido - Dificultad en la erección - Aumento de grasa abdominal - Desarrollo de los senos - Encogimiento de los testículos - Pérdida de masa muscular - Sensación de cansancio - Osteoporosis - Malestar general - Trastornos del sueño - Falta de atención - Problemas de memoria - Enfermedades neurodegenerativas - Apatía - Depresión

Estrés - Tabaco - Alcohol - Drogas - Sedentarismo - Malos hábitos alimenticios - Obesidad - Ropa ajustada - Ambiente contaminado

CUIDADO CON LA DIETA

Ojo con los carbohidratos, pues un exceso propicia la liberación de insulina y cortisol, que disminuyen la producción de testosterona. Por otro lado, reducir la ingesta de zinc (marisco, pescado, lácteos, hígado de ternera) suprime entre un 65 y un 90% de esta hormona.

VETO A LOS TÓXICOS

Los tejidos grasos como los del pescado azul favorecen la acumulación de dioxinas. No sería mala idea localizar una tienda de productos orgánicos, o montarse una minihuerta en casa para evitar la ingesta de pesticidas. Y controla tus copas, el alcohol ayuda a que la testosterona se convierta en estradiol, la hormona femenina, corriendo el riesgo de travestir tus senos además de inhibir la producción hormonal de los testículos.

ASEO BAJO SOSPECHA

Repasa la lista de ingredientes de tus cosméticos favoritos. Si incluyen aceites de lavanda y té, mejor búscate alternativas. Un estudio los vincula al desarrollo de los senos en varones.

EN FORMA, SIN PASARSE

Practica deporte durante no más de una hora al día si quieres un subidón de testosterona. Si te pasas, causarás el efecto contrario. Los ciclistas, mejor que se olviden de los sillines estrechos que presionan el perineo y causan disfunción eréctil. Los hay que distribuyen la presión en las caderas. Entrena con uno de éstos y reserva el estrecho para competir.

SEXO PARA EL SEXO

Practicarlo estimula la producción natural de testosterona. No practicarlo tiene el efecto contrario. Con o sin pareja, porque como han comprobado investigadores australianos, los hombres que eyaculan regularmente pueden reducir su riesgo a desarrollar cáncer de próstata, pues evitan la concentración de determinados productos químicos en sus testículos. Eyacular más de cinco veces por semana disminuye en un tercio las probabilidades de sufrir cáncer de próstata a lo largo de una vida.

TAKE IT EASY

El estrés y la ansiedad son enemigos de los espermatozoides. Apuesta, pues, por una vida placentera y toma el sol, la testosterona responde a los estímulos lumínicos. Por eso en verano aumenta tu deseo sexual.

LLAMA AL ALBAÑIL

Si tienes que hacer alguna chapucilla en casa, ten en cuenta que algunas paredes de piedra o cemento, como las fabricadas en los años 60 y 70, son propensas a desprender peligrosos niveles de PCB (bifeniles policlorinados) que atacan directamente a tu escroto. Estas sustancias, además, son inhibidores endocrinos en las mujeres embarazadas, aumentando las posibilidades de que los bebés nazcan con problemas como el criptorcidismo (testículos no descendidos), hipospadias (malformación del pene) o cáncer de testículo.

PLAN DE CHOQUE DE MASCULINIDAD

Un nivel bajo de testosterona propicia la pérdida de masa muscular, fortaleza ósea y libido. Si quieres salir del bache hormonal, dispones de cinco atajos para engordar a la gallina de los huevos de oro.

CUESTIÓN DE CINTURA

La obesidad es un delator de falta de testosterona. Los hombres obesos suelen tener una cuarta parte menos de esta hormona que los delgados. Está comprobado que un índice de masa corporal cuatro puntos por encima del peso ideal (el equivalente a 13,5 kg para una altura de 1,75 m) puede robarte 10 años de hombría.

SUDA LA CAMISETA

Aunque no existe el músculo de la testosterona, hacer pesas con frecuencia aumenta su producción en un 49%, según investigadores finlandeses. Basta con ponerse a ello dos veces por semana.

DALE A LA GRASA

Si la eliminas de tu menú perderás peso, pero correrás el riesgo de que tu testosterona desaparezca también. Un estudio del "International Journal of Sports Medicine" afirma que los hombres que consumen más grasa presentan niveles más altos de testosterona. Pero grasa monoinsaturada, como la que contienen el pescado o los frutos secos.

EL CODO, EN LA MESA

La testosterona es abstemia. Si empinas el codo para beber más de una o dos cervezas o copas de vino al día, tu reservorio de masculinidad se reducirá hasta en un 7% tal y como ha revelado un estudio holandés.

CALMA, TÍO

El estrés físico o mental es un aliado del cortisol, que a su vez bloquea la capacidad del organismo para generar testosterona. Así que tómate la vida (y el trabajo) de manera que las tensiones te entren por un oído y te salgan por el otro sin tocarte los testículos. No te compliques la vida, cuenta hasta 10, respira hondo varias veces, haz yoga...

FUENTE: Mens Health




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